martes, 18 de octubre de 2011

El dilema del PSOE: luchar por el centro o defender su flanco izquierdo

A diferencia del Partido Popular, que no tiene ningún competidor efectivo en su espacio electoral y solo debe competir con el PSOE, el Partido Socialista debe competir por el centro con el PP y partidos nacionalistas de centro como CIU o CC, y por la izquierda con IU y otros partidos izquierdistas.


La transferencia de votos entre el PSOE y el PP está siendo en los últimos años más importante. Este conjunto de votantes que votan en ocasiones al PSOE y en otras al PP, deciden su decisión del voto en componentes no ideológicos. Por ejemplo en función de la valoración de los líderes, de los temas o de las perspectivas de gestión. Así pueden pasar a votar al PP como castigo al PSOE, pero sobretodo pensando que el PP puede gestionar mejor la economía.

Por lo tanto para recuperar estos votantes el PSOE debería ganar la competencia con el PP respeto a la percepción de buena gestión. Actualmente esta competición parece muy difícil, ya que como hemos comentado, en todas las encuestas que se están realizando los ciudadanos ven más capaz al PP y a su candidato para salir de la crisis que al PSOE y su candidato.


Respecto a su flanco izquierdo, el PSOE confluye con Izquierda Unida en la simpatía de numerosos ciudadanos, que han votado en ocasiones al PSOE ejerciendo un voto útil o por cansancio con IU, pero que en estas elecciones pueden perfectamente volver a votar a IU. También hay un número importante de antiguos votantes socialistas que previsiblemente se abstendrán en estas elecciones.

Las propuestas del candidato Rubalcaba parecen encaminadas a retener a los votantes que se identifican como socialistas o de izquierdas, para mantener el núcleo duro de electores fieles y evitar así una debacle electoral. En principio puede parecer razonable la voluntad de consolidar primero al votante más próximo y luego buscar a otros votantes. Pero a solo un mes de las elecciones parece muy poco tiempo para conseguir ambas cosas.

Si logra combinar la buena valoración del candidato, para retener electores menos ideologizados y unas propuestas más sociales para conservar al electorado tradicional de la izquierda los resultados pueden resultar mejor de lo esperados. Pero sin duda existe el riesgo de desplazarse demasiado a la izquierda y dejar una inmensa bolsa de votos al PP. Además debe superar el difícil problema de credibilidad, al proponer políticas distintas cuando no opuestas a las llevadas a cabo por el gobierno socialista actual.

A diferencia del Partido Popular que debe competir por los votantes de centro o sin una clara identificación ideológica (sin descuidar a su núcleo duro de electores), el PSOE debe competir por el centro y por la izquierda, y como ocurre con una manta en la cama si tiras hacia arriba te destapas los pies, y si tiras para abajo te destapas por arriba.

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