El análisis de estas elecciones catalanas es interesante por el claro fiasco de las encuestas, y los trasvases de votos y movilizaciones asimétricas de las distintas fuerzas políticas.
En primer lugar hay que comentar la elevada cifra de participación: un 69,56% (por 58% en 2010). Sin duda la trascendencia del debate independentista y la gran repercusión mediática en todas las televisiones, sobre todo las estatales que no suelen cubrir ampliamente las campañas catalanas, han favorecido esta mayor movilización de los ciudadanos. En principio habría que esperar que este aumento favoreciera a los partidos grandes, pero no ha sido así.
El resultado de CIU es sin duda el más sorprendente de estas elecciones, todo el mundo esperaba que se mantuvieran o por lo menos no bajaran de los 60 diputados. Es evidente que el adelanto electoral ha sido un error estratégico, pues no han conseguido aglutinar a todos los electores “soberanistas” más allá de diferencias ideológicas.
En números absolutos CIU ha obtenido 1.100.000 votos apenas 100.000 votos menos que en 2010, pero que significan un importante descenso en porcentaje y diputados por el ascenso de participación. Si vemos en detalle, CIU ha logrado resultados buenos en sus feudos tradicionales: por ejemplo provincias de Girona y Lleida, o comarcas como Osona, Garrotxa, Pla de l'Estany... . En cambio ha perdido fuelle en el área metropolitana de Barcelona. Podemos pensar que CIU ha mantenido a sus electores tradicionales, sin ganar nuevos votantes y ha perdido a los votantes que ganó en 2010 (probablemente antiguos votantes del PSC que buscaban un buen gestor económico no un partido independentista). La gestión de la crisis y la competencia de ERC, el partido independentista clásico, han frenado a CIU.
Tras el millón cien-mil votos de CIU y sus 50 diputados le siguen tres partidos con alrededor de 500.000 votos y unos 20 diputados cada uno.
El contrapunte al descenso de CIU es el aumento de ERC, que recupera sus posiciones de 2003 y 2006, y gracias al descenso continuo del PSC será la segunda fuerza en el Parlament (no en votos). Oriol Junqueras ha logrado en solo dos años volver a levantar el partido y lo sitúa como partido clave en la nueva legislatura y primero en la línea de salida de los partidos de izquierda. El crecimiento es homogéneo en todo el territorio, aunque comparte con CIU sus fortalezas en la Catalunya interior y rural. Los análisis post-electorales mostrarán de donde viene esos votos, pero sin duda muchos serán de CIU desencantados con los recortes y deseosos de apoyar un partido 100% independentista, así como de Solidaritat y Reagrupament ( 150.000 votos entre los dos en 2010).
El PSC sigue en caída libre, pero el batacazo de CIU y las previsiones todavía más pesimistas de las encuestas han amortiguado el golpe. Han perdido votos a nivel global, con algunas excepciones como el Baix Llobregat donde han recuperado la primera plaza, por contra el partidos obtiene resultados muy bajos en muchas partes de Catalunya, donde ya son tercer, cuarto o hasta quinta fuerza. Sus antiguos votante pasan al PP y Ciutadans por el lado españolista, a ICV-EUiA por la izquierda y probablemente en menor medida a partidos nacionalistas catalanes también.
El PP ha logrado su mejor resultado en unas elecciones autonómicas catalanas, pero el ascenso de ERC lo relega a cuarta fuerza. Probablemente sin la competencia de Ciutadans y sin el desgaste que sufre el PP por su papel en el gobierno español podría haber crecido mucho más.
ICV-EUiA ha crecido de forma sólida pero es el tercer partido de izquierdas, por detrás de ERC y PSC. Habrá que ver si las CUP han frenado un mayor crecimiento de ICV, y si puede ser un duro competidor de futuro en su espacio electoral.
Ciutadans ha superado sus propias expectativas de crecimiento y logra 270.000 votos, más que los que tuvo ICV en 2010. El debate identitario le ha beneficiado, y ha logrado aglutinar al voto españolista desencantado de PP y PSC, así como lograr el apoyo de habituales abstencionistas. Habrá que ver si es un ascenso coyuntural o consigue retener a ese núcleo de votantes. Sus feudos muy parecidos a los del PP y PSC, área metropolitana de Barcelona y algunos municipios de Tarragona.
Las CUP han logrado entrar con fuerza, ya que con una menor participación habrían logrado más diputados en Girona, Barcelona y Tarragona. Resultados muy homogéneos, incluso en el área metropolitana (3,5% en el Barcelonès), lo que señalan a un electorado distinto al de ERC.
SI sin Laporta y con una ERC librada del lastre del pacto tripartito no encontró hueco electoral, y PxC con 60.000 votos mantiene un voto fiel pero insuficiente para entrar en el Parlament cuya elección quedó marcada por el debate independentista.
Los resultados de Ciutadans y las CUP muestran que a los ejes identitarios (independencia o no) e ideológicos (izquierda-derecha) se podría añadir un eje entre vieja y nueva política, pues ambas son formaciones jóvenes, con estilos más renovadores y críticos con el sistema, mientras que CIU y PSC los dos grandes partidos no crecen o disminuyen.