Como
marca la tradición
electoral francesa desde 1974, con la excepción de la segunda
vuelta de 2002 que enfrentó a Chirac con Le Pen, los dos candidatos
se enfrentaron en un largo debate televisado que concentró la
atención de medios de comunicación y ciudadanos, también en las
redes sociales. Este debate parecía la ultima oportunidad de Sarkozy
de recuperar la desventaja en intención de voto que le separa de
Hollande, pero las percepciones post-debate dejan claro que Sarkozy
no derrotó por KO a Hollande como si logró frente a Ségolène
Royal en 2007.
Hollande
estuvo mucho más combativo que de costumbre y supo encarar los
golpes que le mandó el candidato conservador. Este necesitaba atacar
pues partía con desventaja y no evitó utilizar ningún tema por
espinoso que fuera.
Sarkozy
intentó presentar a Hollande como un peligro para el futuro del
país, tanto en el campo económico, utilizando la España de
Zapatero como el modelo de Hollande, como en el energético por la
alianza de socialistas y verdes para reducir el parque nuclear y por
supuesto ante el peligro de islamización de Francia si Hollande
aplica su programa, especialmente en cuanto al voto de los
inmigrantes en las elecciones locales. El recurso al miedo y la duda
frente a un hipotético mandato de Hollande pretendía aglutinar en
torno a Sarkozy esa mayoría de clases medias y populares
conservadoras que van desde el Front National a los votantes de
Bayrou.
Hollande
por su parte se presentó como un presidente protector preocupado por
los problemas económicos y sociales que atraviesan tantos franceses.
No dudó en atacar a Sarkozy por no haber cumplido sus compromisos
de 2007 cuando dijo que si el desempleo no disminuía durante su
mandato su presidencia habría sido un fracaso, además le presentó
como el presidente amigo de los ricos. Pero además de atacarle por
la economía, también atacó su estilo de presidencia,
cercano a los ricos, partidista, con escándalos que le han salpicado
de diversa índole, esto es habiendo incumplido la promesa de
presidir una “república
irreprochable”. Por su parte Sarkozy no dudó en atacar a
Hollande por el escándalo de DSK y su papel de asesor del presidente
Mittérrand.
Tensión
evidente en el momento que Sarkozy menciona a DSK, Hollande tenía
sin duda preparada la respuesta.
Ante
las dudas que siempre surgen cuando un candidato aspirante se
enfrenta al presidente saliente Hollande uso de forma reiterado el
“Moi président” para darse credibilidad presidencial a si mismo,
y mostrar el optimismo de cara al domingo.
Hollande
“moi, président de la république” presentando su proyecto
presidencial
El
debate habrá reconfortado a los votantes de ambos candidatos, los de
Hollande habrán visto a un hombre más combativo que de costumbre,
que quiere hacer cambios políticos y una política económica sensiblemente
diferente a la de Sarkozy. Por su parte los votantes de Sarkozy han
visto como este defendía sus políticas y sus proyectos atacando a
la izquierda.
Todo
parece indicar que otro gobernante europeo perderá las elecciones
desde el inicio de la crisis económica, pese a que en principio
Francia ha aguantado mejor que otros países, y Sarkozy ha ejercido
un liderazgo, por lo menos en apariencia en el directorio europeo.
Posiblemente los errores y escándalos políticos que le han rodeado
y su forma hiperpersonal de gobernar: exhibición de su vida privada,
cercanía
con millonarios, estilo bling-bling, nominación
de su hijo para un puesto de responsabilidad, escándalos
de financiación de campañas entre otros han acabado pesando más
que la propia gestión en si o la confianza en el candidato
socialista.
Resumen
de LeMonde.fr del debate con los momentos claves de este: http://www.lemonde.fr/election-presidentielle-2012/article/2012/05/03/les-moment-cles-du-debat-hollande-sarkozy_1694468_1471069.html
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